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Por Jesica Neuah - “¡Abuelo, muchas gracias por venir!”, exclamó extrañado el presidente de la mesa Nº 4571 al ver a un jubilado con poliomielitis que acudió a sufragar en una escuela en la calle Derqui en el partido de Lanús.
“Tuvieron que llevarme a un cuarto oscuro de mujeres porque los de hombres estaban arriba. Me puse muy nervioso porque me estaban esperando y había dos mesas que se estaban retrazando”, explico Carlos Hadid, que tiene 78 años y ya pasó hace rato la edad en la que no es obligatorio votar.
Sin embargo, contra el frío y una discapacidad que lo dejó rengo desde pequeño, este abuelo fue ovacionado a la salida del cuarto oscuro por las autoridades de mesa y por todas las mujeres que estaban en la cola.
“Vine porque tenía que traer a mi hijo y ya que estaba, voté. Espero que mi acción sirva para ayudar al país”, agregó Hadid, quien luego de ejercer un deber cívico, que para él no es obligatorio, se retiró del colegio con ayuda del personal policial.