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Por Mariano Casal - Entre las filas de ávidos jóvenes que buscaban sus nombres en las listas de la escuela municipal Intendente Alvear –Castro 954, en el barrio de Boedo- para votar en las elecciones nacionales legislativas 2009, había una pareja que se destacaba por su lucidez: Aída y Carlos, de 86 y 87 años, respectivamente. “Vengo porque no estoy de acuerdo con algunas cosas y quiero, con mi voto, contribuir a modificarlas”, decía Carlos en la fría mañana de la ciudad.

Es que aunque las personas mayores de 70 años no están obligadas a votar, algunas de ellas todavía deciden participar activamente en las elecciones. “Los políticos son vivos y adaptan su lenguaje al convencimiento del que lo recibe”, aseguraba enfáticamente Carlos, mientras que Aída afirmaba: “La campaña electoral fue carente de ideas porque hay muchos intereses en juego”.