My Blog

Por Juan Manuel Di Noto Roqué - Antonio tiene 86 años y su grupo de amigos de toda la vida, Juan Carlos, César, Elio y Severino tienen 84 cada uno, y se presentarán a votar este domingo por más que la Ley los exime por su edad,

Como en todas las elecciones, y esta no será la excepción, los cinco ya tienen planificada su previa como grupo, parte de su tradición.

El club de jubilados “La Casita”, ubicado en San Luis y Azcuénaga de la Ciudad de Quilmes es donde se reúnen todos los jueves a las cinco y media de la tarde, y en la misma mesa que usan desde hace 15 años.

Las cartas amarillentas con los porotos para marcar los puntos del truco, el olor al café recién hecho y la voz de Gardel que suena desgarrada de tanta púa pasada en el vinilo, arman el ambiente ideal para estos cinco jubilados y viudos que utilizan la hora y media que se ven para añorar aquellos tiempos pasados.

Pero esta última reunión no es como todas, cuando no sólo se habla de si era mejor Carlos Gardel o Julio Sosa, o se critica al Gobierno de turno, sino que esta vez decidirán en la casa de quién se van a juntar para ir a votar.

Se acercan otras elecciones y el clima político invade todo el país, desde los programas de televisión, radio y revistas, hasta los bares y plazas donde al menos existan dos personas para discutir.

“Esta vez le toca poner la casita a Antonio”, exige Severino, anfitrión de las elecciones anteriores, con su voz deteriorada por el atado de cigarrillos diario de “Particulares”, y todos no dudan en adherir.

“Porque tengamos más de 70 años no significa que no podamos elegir. Mis nietos merecen un futuro en este país y yo con mi voto los quiero ayudar”, repite una y otra vez César, en medio de la conversación como disco rayado.

Esta vez le toca a Antonio, “el que más jardín tiene y la parra del fondo es el lugar ideal para tomar el vasito de vino”, afirma César, como dando una excusa más de porqué juntarse allí.

Con el lugar resuelto, el próximo domingo a las siete de la mañana se juntarán en la casa de Antonio, adónde César llevará el vino como siempre, Elio y Severino serán los encargados del pan y la comida, y Juan Carlos será quien reservará los remises para estar a las diez en punto en los colegios donde votan.

Para Antonio estas elecciones son fáciles: “Sólo votamos a peronistas o radicales. Es lo que conocemos y lo que queremos. Cada uno tiene su corazoncito en el partido que elige”.